miércoles, 16 de enero de 2008

s o l e d a d

Muchas personas buscan la soledad pero, para otras, es ella la que se instala en sus vidas de repente, sin quererlo, sin buscarlo, simplemente pasa a ser una compañera muy cercana.

La soledad es una sensación amarga pero tampoco está mal sentirla, con ella se puede aprender y darte cuenta de lo que estás haciendo mal y aprender a rectificar o a vivir con ella.

Si uno no quiere estar solo, el encontrarse cara a cara con la soledad provoca un gran choque, sentir que todo se te viene arriba, te sientes perdido aunque el letrero "EXIT" esté delante de tus narices.

Aunque estés rodeado de gente, te sientes abandonado, el ruido y el ajetreo te ahoga, solo tienes ganas de llorar, sientes angustia al no entender por que te sientes solo, que de pronto todo ha cambiado, tus sueños se han desmoronado poco a poco sin darte cuenta y tú te has quedado a las puertas de la historia que con el tiempo irías escribiendo.

Es importante saber pedir ayuda, pero a quien sepa escuchar, no hay por que esconder nuestros sentimientos, ellos no nos hacen más débiles si no más fuertes en cuanto somos capaces de aceptarlos y vivir con ellos, son parte de nosotros y están ahí.

De las malas épocas se aprende a valorar un simple detalle.

La soledad es otro sentimiento, que bien canalizado puede llegar a dar sus frutos.

Frente a la soledad, a la angustia o ante cualquier dolor, nos ayudaría tener unas pautas de comportamiento, con las cuales seguir adelante:
  • Tener seguridad en nosotros mismos y creer que somos capaces de enfrentarnos a las dificultades.
  • Convencimiento de que se puede aprender tanto de las experiencias positivas como de las negativas.
  • Ser optimistas, tener entusiasmo para empezar de nuevo.
  • Nunca perder el sentido del humor.
  • No perder las ganas de vivir nuevas experiencias.

¿Te asusta la soledad? ¿Estás preparado para ella?

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