a m o r f a m i l i a r

Con la familia es con la que casi siempre pagamos nuestras frustraciones. No nos damos cuenta de lo que nuestros padres sufren por nosotros, queriendo lo mejor, matándose a trabajar para que tengamos todo y muy pocas veces nos portamos con ellos como deberíamos. Cuidamos nuestras formas con la gente de la calle pero en nuestra casa vale de todo, pasará mucha gente por nuestras vidas pero ellos son los que siempre van a estar ahí.

El amor que sienten nuestros padres es tan fuerte que no les importa como seamos porque siempre nos verán como sus hijos, a quienes han dado todo su amor y en los cuales ponen todo su empeño para formar personas independientes, pero ante todo personas que respeten y se respeten a sí mismas.

El amor familiar se demuestra cada instante de nuestras vidas; un besito por las mañanas, caricias y abrazos, sinceridad y honestidad, son los sentimientos que reflejan sus ojos, llenos de amor y orgullo.

Cabreos, llantos y gritos son normales en todas las familias pero no pensemos que los únicos que sufrimos somos nosotros porque un grito que sueltan de sus bocas es como un agujero que les come por dentro. Malas épocas tenemos todos, pero eso no quiere decir que no nos tengamos que controlar y calcular las consecuencias de nuestros actos.

Todos los padres, intentan conseguir lo mejor para sus hijos, para que sean fuertes y valientes, que ante todo no se acobarden.

Pero también hay que decir que unos padres no son aquellos que te dan a luz, son aquellos que se mueren por verte despertar cada mañana y verte dormir, ver como brillan tus ojos y como ilumina tu cara una sonrisa hermosa.

Aquellas personas que sean adoptadas o que tengan una madrastra o un padrastro: no les dejéis de lado y no penséis que no son vuestros verdaderos padres, porque unos verdaderos padres son los que te dan confianza, cariño y amor.

Muchas veces necesitarán escuchar un te quiero que alegre su corazón.

NUNCA OCULTES TUS SENTIMIENTOS
Y HAZLOS SABER